Siglo XV
Al aumentar la capacidad de carga, debido a la adopción del
timón de codaste, se hará necesario incrementar la propulsión.
Como no conviene aumentar la altura y superficie de
la, hasta entonces, única vela del barco para no comprometer
su estabilidad, al palo único se le añadirá el de trinquete
(a proa) y el de mesana (a popa); este nuevo aparejo mejorará
notablemente la gobernabilidad del barco, aliviando la
presión del timón con el correcto ajuste de las velas.
En la segunda mitad del siglo XV comienza a implantarse el
sistema de forrado a tope del casco, que supondrá un cambio
radical respecto a la manera de concebir y construir naves.
Inicialmente se empleará únicamente en la parte sumergida
del casco, pero gradualmente este método de forrado sustituirá
completamente a la construcción en tingladillo. En esta
fase se abandonará la popa redonda, que será sustituida por
la popa plana o de espejo, mucho más fácil de construir.
Exvoto que se encuentra en la iglesia de San Pedro de Zumaia.
Representa la victoria de las naves de Juan Martínez de Mendaro
sobre las armadas portuguesa y genovesa en 1475, en el estrecho
de Gibraltar. © José Lopez
En el retablo de Santa Úrsula de la iglesia de Cubells, pintado
por Joan Reixach en 1468, y en el modelo de la coca de Mataró se
puede observar que, a mediados del siglo XV, aún se conserva el
aparejo de un sólo mástil en esa parte del Mediterráneo. Sin embargo,
ambas poseen elementos constructivos similares a la Zumaia.
La imagen del retablo muestra con detalle la morfología de la popa, que en el cuadro de Zumaia no se aprecia debidamente. Respecto
a la proa, la coca de Mataró es muy similar a la de la Zumaia. © José Lopez
Coca de Mataró datada hacia mediados del siglo XV. Se trata
de un exvoto y es el modelo más antiguo de barco europeo que se
conserva. Se exhibe en las colecciones permanentes del Museo
Marítimo Prins Hendrik, de Rotterdam. En esta ilustración de 1471 se puede apreciar un discreto mástil
de trinquete, y en la popa no se distingue todavía el de mesana.
Posteriormente estos mástiles irán desarrollándose hasta llegar a ser
parte esencial del aparejo. La adopción de las velas de trinquete y
de mesana permitirá aumentar la superficie de velamen sin subir su
centro vélico, y sin comprometer la estabilidad del barco. © José Lopez
Imagen extraída del exvoto que representa a la Zumaia, la nave
capitana de la flota de Martínez de Mendaro. Podemos observar,
fielmente reproducidos, el mástil de trinquete y las dos mesanas
que acompañan al palo mayor, ya plenamente funcionales tras un
proceso evolutivo que se habrá ido desarrollando a lo largo del
siglo. El castillo de proa ha crecido y está perfectamente integrado
en la estructura del casco, así como el alcázar o tolda en la popa.
Todo ello parece buscar un incremento de la robustez de estos
elementos para responder a las necesidades bélicas de la época.
Po-demos apreciar que la Zumaia dispone de artillería montada en
la regala y de lanzas en la gavia como parte de su armamento. - Velas de mesana. - Vela de trinquete. © José Lopez
La popa de espejo aumentará el volumen de carga. © José Lopez
En el ocaso del siglo XV los barcos adoptarán una nueva vela
sobre la mayor, optimizando la distribución de la superficie vélica,
que recibirá el nombre de vela de gavia. La gavia era el lugar
donde se situaba el vigía. Este término proviene de la palabra
vasca kabia, que significa nido, y coincide conceptualmente con
el término inglés crow's nest, o “nido de cuervo”, que designa el
puesto de vigía. - Vela de gavia. © José Lopez
El aparejo se diversifica, con trinqueta, mesana y mayor. La
obra muerta adquiere mayor volumen debido al aumento del
arqueo o capacidad de carga. © José Lopez