Trainera de pesca
La espontánea aparición de la trainera coincide con la escasez
de bacalao en salazón, como consecuencia del Tratado
de Utrecht. Tal situación estimuló el ingenio de los pescadores
de bajura para incrementar la captura de la sardina como
alimento alternativo. Duhamel du Monceau atribuye a un
anónimo pescador de Hondarribia la invención de la red de
cerco en la primera mitad del siglo XVIII y de la rápida y maniobrable
trainera necesaria para su uso. La trainera era una
ligera embarcación propulsada velozmente por doce remeros
y dotada de una quilla de mínima sección arqueada. Ello
permitía efectuar la virada o ciaboga muy cerrada, para largar
por la banda de babor una red de cerco, llamada xerkua. Esta
red, como su nombre indica, fue diseñada para rodear el
pescado, y era relativamente pequeña para poder maniobrar
con la rapidez que la nueva técnica pesquera exigía.
El término trainera aparece tardíamente, en la segunda mitad
del siglo diecinueve, siendo conocida hasta entonces con los nombres
genéricos de chalupa o lancha manjuera. © José Lopez
Es probable que la invención de la red de cerco y de la trainera
fuera inspirada por la chinga y la uarika. La chinga era una red propia
del estuario del Bidasoa, aunque también ha sido empleada en
Pasaia. Se le atribuye una gran antigüedad y de ella deriva el topónimo
Txingudi (“lugar de chingas”), que da nombre a la bahía en el
es-tuario del Bidasoa.La técnica consistía en extender la red desde la
playa por medio de una embarcación de unos seis metros llamada
uarika o ubarika, realizando un medio círculo con la intención de
acorralar a los peces que se encontraran en el espacio intermedio.
Finalmente ambos extremos de la chinga serán halados desde la
playa hasta recuperar la red con la captura. El arte se largaba en la
playa a marea baja o a media marea, generalmente al amanecer, para
la pesca del corrocón y en menor medida lenguado y demás peces. © José Lopez
La invención del cerco revolucionó la economía de nuestro
litoral. Se incrementaron tanto las capturas que provocaron el desarrollo
de la industria de salazón. El éxito de la pesca al cerco fue
sobresaliente y pronto se expandió por todo el mundo. La motorización
de los barcos, dotados de más potencia, ha permitido un
paulatino aumento del tamaño de la red. © José Lopez
Las velas de las traineras eran empleadas únicamente para desplazarse,
ya que la pesca se efectuaba exclusivamente a remo. © José Lopez
Los bancos de sardinas eran a menudo delatados por la presencia
de gaviotas y otras aves marinas. Así detectaban los atalayeros la
existencia de los bancos de peces y avisaban a los pescadores. © José Lopez
Plano de formas de una trainera. © José Lopez
“Ameriketatik”, réplica de una trainera de pesca de la segunda
mitad del siglo XIX, a partir de un plano de Mutiozabal. Fue
construida por el autor en 1998, en la escuela de construcción
naval “The Apprenticeshop” de Rockland, en el estado de Maine
(EE.UU.). Se financió por la diáspora vasca del continente ame-ricano
para ser obsequiada a Euskal Herria. Desde entonces, “Ameriketatik”
ha representado el patrimonio marítimo vasco en numerosos
eventos internacionales. © José Lopez
Sardinas. © José Lopez