Fortificar consiste en dotar a un edificio, núcleo urbano o territorio de obras defensivas para que puedan resistir los ataques del enemigo. A lo largo de los siglos las fortificaciones adoptarán emplazamientos y formas diferentes en función de los equilibrios geopolíticos, de la tecnología y de los recursos disponibles.
Los castros de la Segunda edad del Hierro (aprox. S. IV- III a. C.) son los ámbitos fortificados más antiguos que se conservan en Gipuzkoa. Actualmente están identificados siete: Intxur (Albiztur), Buruntza (Andoain), Basagain (Anoeta), Murumendi (Beasain), Munoaundi (Azkoitia), Moru (Elgoibar) y Murugain (Arrasate-Mondragón).
La Edad Media también proporcionó frutos en materia de fortificación: decenas de casas-torre, los recintos murados de las villas y los castillos de Hondarribia, San Sebastián, Mendikute (Albiztur), Beloaga (Oiartzun), Ausa-Gaztelu (Zaldibia), Jentilbaratza (Ataun), Aitzorrotz (Eskoriatza), Goikobalu (Mondragón) y Elosua (Bergara).
La arquitectura militar medieval se caracterizó en términos generales por incorporar muros de piedra (por tanto incombustibles) de 2 ó 2,5 m de grueso (suficientes para detener flechas y proyectiles de catapulta) y gran altura (para dificultar su escalada). De trecho en trecho poseían torres más altas que la muralla y avanzadas con relación a ella. Un estrecho adarve limitado hacia el exterior por un parapeto almenado permitía a los defensores instalarse en la parte superior de la muralla para cooperar en la defensa. Las puertas de acceso estaban protegidas por una barbacana (o recinto fortificado que envolvía exteriormente la entrada), puente levadizo sobre un foso y matacanes (obras ligeramente voladizas con suelo aspillerado).
Los recintos murados medievales de las villas no sólo poseían una función militar, sino que delimitaban también ámbitos jurídicos diferenciados. En el mismo sentido, las casas-torre contribuyeron también a la articulación del medio rural en el que muchas de ellas se insertaban y al realce del prestigio social y económico de sus propietarios.