132. Granada de cañon Whitworth (s. XIX). Los carlistas adquirieron en la última guerra carlista 70 cañones de este tipo cuyos proyectiles recibieron por su curiosa forma la denominación de pepinos y de pepinazo su efecto. Desde la batería de Benta-Zikin (Usurbil) se lanzaron gran número de ellos sobre Donostia-San Sebastián.© Gorka Agirre
134. Granada ojival. Los proyectiles esféricos dejaron paso a la diversificación del tipo de munición:
bote de metralla, granadas de segmentos, de doble pared, de segmentos estrellados, incendiarias, de metralla (sharpnell), la mayor parte de ellas diseñadas con la intención de que al estallar sus fragmentos (o cascos) produjeran daños en personas, fortificaciones y otras construcciones. La granada perforante se empleó primero con cabeza roma y más tarde en forma ojival para batir las corazas de los buques de guerra y la grandada-torpedo (actual proyectil rompedor) tenía por función atravesar el blindaje de tierra de las fortificaciones, llegar hasta la obra de fábrica para destruirla gracias a un alto explosivo.© Gorka Agirre