La elección del lugar de situación de los pórticos y portadas es muy variada, depende de la situación de la iglesia en el ámbito urbano. En principio funcionaron como punto de integración de los restantes elementos urbanos, pues ostentaban no sólo el poder espiritual sino el político asignado por la Contrarreforma, por lo que se asomaban a la plaza pública de un modo preferente, subrayando su presencia e idiosincrasia.
Beste kasu batzuetan, berriz, bat egin nahi dute beste eraikin publiko batzuekin, hala nola, udaletxearekin, mediku etxearekin, pilotalekuarekin, eta alondegiarekin, edota herritarren etxe arkupetuekin -dendetarako eta merkaturako zirenak-, beren ordezkaritza bilatuz elkarbizitzako lekurik garrantzitsuenean, plazan, alegia, Elgoibarren edo Zestoan ikusten dugun bezala, baten batzuk aipatzearren. Saneamendu lanak edo fatxadetan sendotze lanak egiten zirenean, ohiko gauza izaten zen orubeak eta lursailak erosi eta eraikinak lurrera botatzea, hartara eliz sarrera haien aurrean toki zabalagoak, duinagoak eta bateragarriagoak sortzeko; eta horri esker herrien fisionomia aldatu egiten zen, eta herriak bizkortu, hiri-bilbean gauzatuta gelditzean. Tankera horretako lanak dira Zegamako elizaren inguruan Manuel Martín Carrerak 1777. urtean egindakoak: batera egin ziren, batetik, eliz atariko saneamendu lanak; bestetik, elizarentzat estalpea edo arkupea eraikitzea; eta azkenik, eraikin horien inguruko espazioa birmoldatzea eta berdintzea.
Cuando el emplazamiento de la Iglesia ya está consolidado y no coincide su fachada con el espacio destinado a plaza, el templo llega a cambiar su portada principal de ingreso para asomarse a ella. En ocasiones se construye en sus paredes laterales bellas y monumentales torres, cuyas proporciones destacan provocativamente de los edificios de su entorno, funcionando como torres-pórtico, albergando en su interior las portadas de ingreso, como ocurre en la Iglesia Parroquial de Usurbil. Esta solución no sólo se da en los laterales de las iglesias sino también a los pies, comprobándose la misma solución en su interior en la Iglesia de San Pedro de Escoriatza, terminada en 1768.
Otros lugares de colocación de estos accesos son los cruceros, o nave transversal de la iglesia, cobijándose algunas bajo porticados, porches o "cimiterios" por ser el lugar primitivo de enterramiento en torno a la iglesia. También se solían ubicar en el penúltimo tramo antes del coro, como las de Zerain u Orendain. De todas las citadas, la más usada es la que ofrece su ingreso a los pies, frente al altar mayor, pero ésta no elimina la posibilidad de que se complemente con otras laterales, pues muchos edificios religiosos poseen hasta tres.
Respecto a los espacios que ocupan no son siempre amplios, algunas nacen con el pie forzado de su limitación, pues cuentan con una superficie del terreno con grandes desniveles; debido a esto, los arquitectos tuvieron que adaptar sus diseños a reducidos espacios, siendo las posibilidades creativas menores. Así sucede en 1743 con la portada de Errezil, en la que el arquitecto Ignacio de Ibero tuvo que integrar en la portada el arco y nervios de la bóveda de la torre que tenía encima, salvando el desnivel propio de un terreno montañoso con escaleras, para conectarla con la plaza situada a un nivel inferior, donde se edificó su ayuntamiento.